Estas investigaciones tienen que ser quirúrgicas, ya que existe un gran riesgo de enfrentamiento entre Rusia y el OTAN.
Aunque es muy probable que la unidad de defensa antiaérea de Ucrania haya lanzado el misil, identificado como un S-300 de fabricación soviética, el cual “impactó por error” en la granja polaca, no descartan que hubo un ataque directo en contra de Polonia, el cual causo la muerte de dos personas.
Rusia confirmó que el pasado martes lanzó poco más de 100 misiles y un número no confirmado de drones en contra de infraestructuras energéticas en quince ciudades ucranianas, no hay registro de que un misil haya sido dirigido a tierras de Polonia, incluso el ministro ruso de defensa desmintió las insinuaciones desde que la noticia comenzó a trascender “objetivos militares únicamente en territorio de Ucrania y a más de 35 kilómetros de la frontera ucranio-polaca”.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, de alguna manera coincidió con Konashenkov al admitir que un análisis preliminar de la organización apunta a que “el incidente fue probablemente causado por un misil de defensa aérea de Ucrania, lanzado para defender su territorio contra los ataques de misiles de crucero rusos”.
Al mismo tiempo, el funcionario noratlántico exoneró a Ucrania de “culpa” al sostener que “toda la responsabilidad” recae en Rusia por comenzar “esta guerra injustificada”.
La única prioridad es que las investigaciones que ya son realizadas esclarezcan al 100% el origen de este misil, así como el trayectoria y quien está de tras de estos hechos.