Hace no menos de dos meses, la diputada del PAN, Lupita Leal Rodríguez salió a decir a los medios que defendería a todas las mujeres que son víctimas de violencia política de género, comentó:

Apoyaré siempre a todas las mujeres que sufran algún tipo de violencia política de género o cualquier otra, de hecho, mi retiro de Acción Nacional en el 2013, fue por un tema de violencia política de género, pero en ese momento no tenía la madurez emocional ni política para afrontarla” afirmó.

Pues tal parece que, al paso de los años, encontró la madurez emocional y política que le hacía falta, y olvidó por completo lo que es sentirse violentada, ya que ahora es ella misma; la que acosa, difama, insulta, agrede, injuria, miente y ataca una y otra vez a otras mujeres. Tal es el caso de la morenista Elsa Bracamonte González, quien fuera Secretaría de Movilidad y Transporte del Gobierno de Barbosa, y quien el pasado martes 8 de agosto, presentó ante el Instituto Electoral del Estado una denuncia en contra de la actual diputada Leal Rodríguez.

Fue tal el acoso, las agresiones, la difamación y la mentira en contra de la morenista, que terminó por renunciar a la Secretaría de Movilidad y Transporte del Gobierno de Puebla. Lo peor de todo, es que la diputada no conforme con injuriar, difamar y aliarse con entes obscuros para golpear a la ex secretaria en varias ocasiones, sale a proclamarse defensora de las mujeres ante cualquier tipo de violencia, aún cuando siguió arremetiendo contra la ex titular de la SMT incluso dos meses después que ésta había dejado su cargo; lo que generó el hartazgo de la morenista procediendo legalmente en su contra, y al parecer está será la primera de varias acciones legales que emprenda en contra de la diputada del PAN.

No hay duda que a la diputada Guadalupe Leal Rodríguez le encanta estar en el ojo publico y no precisamente por sus buenas obras, la verdad siempre sale a la luz. Lamentable que una mujer que se dice defensora de todas las mujeres sea la primera que atenta contra otra, entre el cielo y la tierra ¡Nada se esconde!

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