La Corte Internacional de Justicia (CIJ) fijó fecha para la primera audiencia en la demanda de México contra Ecuador por el asalto a la embajada en Quito. El principal órgano judicial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) notificó ayer que el 30 de abril y el 1º de mayo escuchará en sesión pública los argumentos de cada país en relación con la solicitud de México de que se dicten una serie de medidas provisionales en tanto se emite una sentencia sobre el fondo del asunto.

México solicita, como medidas provisionales de mayor urgencia, que la Corte ordene a Ecuador ofrecer garantías para que la embajada, sus bienes y archivos, así como los domicilios de su personal diplomático, sean protegidos contra cualquier ingreso o destrucción. La exigencia de fondo de México, cuya resolución podría tomar un año, es que Ecuador sea suspendido de la ONU hasta que exprese una disculpa pública por el allanamiento y ofrezca garantías de no repetición de una violación al derecho internacional como el que cometió.

Esa sí es justicia pronta y expedita, que no vayan a seguir el mal ejemplo del Poder Judicial de México, comentó el presidente Andrés Manuel López Obrador al enterarse del citatorio de la CIJ en su conferencia de prensa matutina en Palacio Nacional, donde también tomó conocimiento de una carta enviada por el ex vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, dirigida a él mismo y a los presidentes de Colombia, Gustavo Petro; Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de México.

Al respecto, el jefe del Ejecutivo sostuvo que la secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, establecerá comunicación con las cancillerías colombiana y brasileña para coordinar acciones con el fin de cuidar la salud de Glas, impulsar acciones para su protección y garantizar su derecho de asilo.

Durante su conferencia, se le preguntó acerca de la carta de Glas: señor Presidente, soy Jorge Glas. Gracias por el asilo. Le pido perdón como ecuatoriano. Estoy en la peor prisión de Ecuador y estoy en huelga de hambre. Ayúdeme. Aquí hay una persecución brutal contra todos los progresistas. La ayuda internacional puede hacer algo. Sobre ésta, López Obrador señaló que no había llegado aún a su oficina, aunque estimó posible que la haya recibido la canciller Bárcena.

–México está dispuesto a tomar alguna otra medida personalmente para ayudar a Glas en la cárcel?

–Sí, lo que está pidiendo él. Seguramente, la secretaria de Relaciones Exteriores va a establecer comunicación con la cancillería en Brasil, en Bolivia (cuyo presidente, Luis Arce, alertó de la situación de Glas en la cumbre virtual de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), con otros países, para cuidar la salud de Glas y resolver su protección, su derecho de asilo.

Sin embargo, aseveró que estas acciones no van a detener la denuncia ante la CIJ contra Ecuador por el asalto a la embajada mexicana en Quito.

Son cosas distintas, o sea, nosotros ya acudimos al tribunal de justicia internacional y vamos a pedir que se sancione a las autoridades, al gobierno de Ecuador, dijo.

López Obrador dejó claro que la estrategia diplomática para denunciar el bochornoso hecho de la violación a la soberanía, ocurrida el 5 de abril con la irrupción de fuerzas de seguridad en la embajada mexicana, no es de ninguna manera contra los hermanos ecuatorianos; éste es un asunto de una irresponsabilidad, por decir lo menos, del gobierno de ese país.

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